Admitámoslo: hacerse rico con un blog es el sueño de más de uno de los que me estáis leyendo.

Yo también, no lo voy a negar, quiero ganar dinero con un blog (o con todos los que sean necesarios). Me parece magnífico querer hacerse rico (rápidamente si puede ser) de forma legal, y haciendo lo que a uno le gusta. Y entre los que no se plantean hacerse ricos, sí que hay muchos a quienes no les importaría que cada mes cayesen unos euritos al bolsillo.

Así que vamos allá: ya tenemos decidida a grandes rasgos una temática, un nombre y hay que pasar a temas de logística: ¿dónde nos vamos a alojar: sitio gratuito o sitio de pago? ¿con un nombre de dominio propio o con el de otra empresa para que nos salga gratis?

Como veis en este blog he optado por la solución más económica a corto plazo: alojarme en Blogger. No pago ni por el nombre de dominio ni por el alojamiento.

Pero ¡ojo! He dicho a corto plazo. En realidad estoy convencido de que la mejor opción es capitalizar el inmenso prestigio que (¡sin duda!) vamos a ganar como blogueros, en nuestro propio nombre de dominio. ¿Acaso no nos estamos dedicando al blog para no tener que trabajar para otros? ¿entonces qué estamos haciendo escribiendo para un sitio ajeno como, digamos, blogger.com o wordpress.com? Estoy construyendo prestigio, audiencia, imagen de marca y enlaces para ellos, no para mí. Peor aún: mis artículos están alojados en un servidor que no me pertenece. Si un día los dueños de Google deciden cerrar Blogger, estoy perdido.

Y hay una ventaja más de tener “mi” nombre de dominio: flexibilidad. Puedo convertir mi blog en un foro, puedo ampliarlo con cualquier otra posibilidad, puedo hacer miles de cosas. En Blogger estoy limitado a lo que me dejan hacer, ni más ni menos. Definitivamente, debo cambiar a un sitio propio cuanto antes. Eso es ni más ni menos lo que pienso hacer.

¿Por qué no lo he hecho desde un principio? Pues porque todo experimento o proyecto empresarial tiene un alto riesgo de ser abandonado en sus inicios. Así que he decidido no invertir mi dinero, sino solamente mi tiempo (algo que ahora mismo tengo en abundancia) para poner a prueba mis dotes de bloguero.

Digamos que me estoy examinando a mí mismo. Si veo, por una parte, que disfruto escribiendo, tengo ideas con frecuencia y consigo tener la autodisciplina necesaria para publicar artículos regularmente, y por otra parte descubro que tengo un público, un número de lectores que aumenta gradualmente (y unos ingresos que hacen otro tanto) entonces decidiré seguir delante de forma más profesional, con un nombre de dominio propio y alojando todos mis artículos en un sitio que sea “mío”.

Soy consciente de que no es fácil hacer la transición y pasar de Blogger a cualquier otro sistema: Empiezo desde cero y pierdo todos los enlaces que apuntaban a mi sitio. Por ello un salto así, si se hace, hay que hacerlo lo más pronto posible, para limitar los daños. Además, hay que planificarlo y avisar a nuestros lectores con antelación y con posterioridad, de modo que el antiguo sitio siga ahí, redirigiendo a los rezagados hacia el nuevo sitio. ¿Lo haré algún día? Me doy de plazo unos meses. En ese momento lo veremos.

En las secciones: .